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miércoles, noviembre 23, 2011

Boliche y sueños.

¿Te acuerdas, nena, de aquella vez que fuimos al boliche?
Apenas lo recuerdo, no estoy seguro de qué paso aquel día.
Creo que salimos temprano de la escuela, en ese entonces  íbamos a la prepa, ¿te acuerdas?. Fue un martes si mal no recuerdo. No tuvimos la penultima clase y entonces decidimos "saltarnos" la última clase con tal de ir a jugar boliche.
La idea fue tuya, niña, tenias tantas ganas de ir, siempre querias ir al boliche y yo nunca te complacía el gusto . Pero ése día, sin planear nada de antemano, todo salió como si tú lo hubieras planeado a detalle.
Apenas salimos de la prepa y corrimos a toda prisa a alcanzar la ruta que nos llevo al boliche, el día era caluroso y, como siempre, no había ni una nube en el cielo.
Bajamos a dos cuadras de la plaza donde estaba el boliche, compramos cigarros y fumamos afuera antes de entrar, porque ya desde ese entonces estaba prohibido fumar en lugares cerrados. Fumamos, nos reímos, nos besamos, incluso cantamos como dos locos a la entrada del boliche. Al final, después de 6 cigarros, infinidad de besos, abrazos, mordidas, caricias y un par de canciones decidimos entrar a jugar boliche. 
Para esto ya eran más de las 6, porque el cielo era morado; era más morado que azul y el sol aun pintaba de rojo las orillas del horizonte. Sí, así fue, fue una tarde de otoño ahora que me acuerdo.
Jugamos y jugamos, más besos vinieron, me aplaste un dedo con una bola de boliche, te reíste a más no poder, te caíste intentando el famoso tiro de Pedro Picapiedra (ése en el que camina de puntitas y que por cierto a mí sí me salió), comimos nachos y me manchaste de queso la playera, saltamos, extendimos los brazos tratando de alcanzar el techo, corrimos por todo el lugar como niños chiquitos, rayamos una bola de boliche con el marcador que siempre llevaba conmigo, comimos más nachos y tomamos un par de sodas. Fuimos felices toda la tarde, nena. 
Fuimos los dos sin nadie más. 
¡Espera! ¿fuimos felices? ¿cuándo paso esto? 
¡Espera!... creo que sólo fue un sueño. Sí. Ya lo recuerdo, tan solo fue un sueño. Estúpido sueño, ¿por qué desperte?

miércoles, noviembre 16, 2011

El hombre de Vitruvio y el destino.

Pues así comenzamos con "EL PROYECTO".
 Y sí, ya sé...eso no es una foto y seguro que piensan que nada tiene que ver conmigo, pero...
Hoy utilize está imagen para crear el boceto de una campaña publicitaria y después de analizarla poquito, me quedo con un par de "reflexiones" (no mames, que ya en este blog vamos a empezar a hablar de reflexiones) que me hicieron pensar.
El hombre de Vitruvio es un dibujo de Da Vinci, que representa de manera clara lo que el arquitecto Vitruvio escribió acerca de las proporciones del cuerpo humano hace ya mucho tiempo en la antigua Roma. 
Desde siempre, como humanos, hemos tratado de definir  de alguna manera todo lo que nos rodea, incluso la vida misma. Hay quienes, ingenuamente, llaman a las proporciones de la vida: "destino". Pero siendo sinceros: una excepción confirma una regla.
Para el hombre de Vitruvio, lamentablemente, existimos muchos humanos amorfos y para el destino también existimos muchos humanos necios y aferrados. 
 ¡ A   l a   go m a  c o n   el   d e s t in o !